7.5.08

"Casitos Humanos"

Con el paso de mis días por este ingratísimo oficio, he llegado a niveles de confusión y de incomprensión alrededor de algunos temas. El rating, uno de ellos, es particularmente exasperante.

Pero más me confunde la razón por la que dedicamos horas y sobre todo tiempo de vida de nuestra sensibilidad a los llamados "casitos humanos".
Hoy mi querido jefe me dio uno (y cómo los odio, por dios). Luego de mi caraza de desgano y fastidio, me dijo:

-Qué mala eres cholita, pobre señor, hay que ayudarlo.

La vaina es más o menos así, se trata de un señor como de cuarenta años que un día de trabajo en la Fábrica de Tejidos "La Bellota" (sí, esa de las toallas caras) perdió las dos manos al quedarse atrapado en el rodillo de una lavadora gigante.
La empresa, no es de extrañar, no quiere pagarle la indemnización desde 1996. Él no puede trabajar y recibe una pensión de mierda de trescientos y pico de soles al mes.
(Sólo saquen la cuenta, menú de cuatro lucas treinta días son 120, si come solo una vez al día. Son 240 si come dos veces al día, y si el desayuno le cuesta dos lucas ya son trescientos. No tiene manos, no le vamos a pedir que cocine, ¿no?)
Ha llevado su caso al PJ, pero ya sabemos cómo son las cosas ahí, caso archivado previa rotura de mano esta vez a los jueces o secretarios o quien sea.

¿Cómo podemos ayudarlo? ¿Campaña de Solidaridad? No hay espacio en el noticiero que perder (y eso lo dicen los jefes, no yo)
Es una hipocresía entonces, decir que vamos a hacer este casito para ayudarlo.

¿Para qué hacemos casitos humanos? ¿Para ganar audiencia? Eso no es ayudarlo a él, es un manotazo de ahogado para salvar nuestro humildísimo rating.

Lo que eso nos hace a nosotros, los reporteros, de daño psicológico es bastante más de lo que hacemos por estas personas. Peor aun es saber que esta persona se ilusionó creyendo que por nosotros se va a resolver su problema y la empresa entrará en razón. Darle falsas esperanzas a una persona desesperada es algo sumamente cruel.

Y a mí me saca la mierda esto. El espíritu se te hace mierda. La culpa no me deja dormir, peor todavía cuando la gente me llama para pedirme más ayuda, que les haga otro reportaje, o simplemente que siga escuchando sus miserias. No sé los demás, pero hace días que tengo un insomnio crónico por este y dos "casitos" más.

¿Somos mercenarios? Por lo menos lo parecemos.

No quiero seguir haciendo casitos humanos. Y en la versión más egoísta de mí misma, diré que me hace muchísimo daño hacerle creer a la gente que los puedo ayudar para sacarles lágrimas y luego abandonarlos. No lo haré más.

 
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